Dudas en torno a un cadáver hallado en un aserradero abandonado

Martes 19 de septiembre de 2017
Alejandro Trinidade (23) tuvo una vida difícil, repleta de privaciones y dolor. Ayer, su cuerpo sin vida fue hallado en el terreno de un aserradero abandonado y las circunstancias de su deceso generan serias dudas.
Si bien el joven afrontaba problemas de salud y ataques de epilepsia, fuentes del caso confirmaron que su cadáver presentaba fractura de maxilar y escoriaciones, por lo que no se puede descartar una muerte violenta.
En consecuencia, por directivas del Juzgado de Instrucción Uno, el cuerpo de la víctima fue trasladado a la morgue judicial de Posadas para la realización de la autopsia de rigor, procedimiento que se concretaría en la jornada de hoy. Por el momento, la causa está caratulada como “muerte dudosa”.
El cadáver fue hallado en la víspera, pasadas las 7.30, por el sereno del predio del ex aserradero Pawluk, ubicado sobre avenida De los Inmigrantes, a la altura del puente del arroyo Tuichá.
A esa hora, Odilio Fernández controlaba los fondos de la propiedad cuando dio con el cuerpo sin vida de Trinidade, al que dijo no conocer. Inmediatamente dio aviso a la Policía, cuyo personal constató la veracidad del caso.
La víctima estaba vestida con un jean, buzo y zapatillas. Fuentes del caso mencionaron que estaba sucio y con marcas de arrastre, por lo que podría haber sido ultimado en otro sitio y luego trasladado al aserradero.
Por su parte, la médica policial Luciana Vanni confirmó fractura maxilar, lo que abona la hipótesis de una agresión. En tanto, si bien en el lugar fue hallado el celular de la víctima, no dieron con dinero en efectivo.
Al respecto, en diálogo con El Territorio, conocidos de Trinidade comentaron que el muchacho percibía una pensión por discapacidad y residía en un hotel de Gobernador Barreyro y José Ingenieros.
Además, se lo solía ver cuidando coches sobre avenida Sarmiento, en inmediaciones al casino. Era una persona que no molestaba a nadie y apreciada por los vecinos, quienes mencionaron que había tenido ataques de epilepsia en la vía pública.
Contaron que desde pequeño estuvo en situación de calle por problemas familiares, pero su vida mejoró sensiblemente cuando comenzó a percibir la pensión y pudo pagar un techo.