El nivel educativo podría ser una clave del riesgo cardíaco

Sábado 17 de junio de 2017 | 22:00hs.
A medida que el número de diplomas aumentaba, las probabilidades de problemas cardiovasculares disminuían.
El logro educativo de las personas parece vincularse con las probabilidades de enfermedad cardiaca, sugiere una nueva investigación.

Un equipo dirigido por Yasuhiko Kubota, de la Universidad de Minnesota, siguió datos de casi 14,000 estadounidenses blancos y negros entre 1987 y 2013.

En los hombres, el riesgo de enfermedad cardiovascular (enfermedad cardíaca coronaria, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular [ACV]) entre los 45 y los 85 años de edad varió de un 59 por ciento para aquellos cuyo nivel educativo era el de la escuela elemental a un 42 por ciento entre los que habían conseguido una licenciatura.

En las mujeres, casi un 51 por ciento de las que tenían un nivel educativo de la escuela elemental sufrían de una enfermedad cardíaca, frente a apenas un 28 por ciento de las que habían terminado una licenciatura, mostraron los hallazgos.

El estudio no pudo probar una relación causal, pero el equipo de Kubota anotó que el hallazgo se sostuvo incluso tras tener en cuenta otros factores, como los ingresos, la profesión o el nivel educativo de los padres de la persona.

La moraleja, según los investigadores, es que aumentar los niveles educativos podría también ayudar al corazón de las personas.

"Más de uno de cada dos individuos con una educación inferior a la secundaria tuvieron un evento [de enfermedad cardíaca] a lo largo de sus vidas", escribió el grupo de Kubota.

Dos cardiólogos señalaron que los hallazgos tienen sentido.

"Es bien sabido que un mayor nivel educativo tiende a asociarse con unas conductas más saludables, con unas profesiones en que las condiciones laborales son más saludables, y con un mejor acceso a la atención de la salud", anotó Rachel Bond, que ayuda a dirigir la Salud Cardiaca de las Mujeres en el Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.

"En mi propia práctica, atiendo a una gran mayoría de personas de todos tipos y con distintos niveles socioeconómicos", dijo.

"Tras este estudio, seré más aguda al preguntar sobre sus logros educativos, ya que este grupo podría tener una mayor necesidad de que se gestionen sus indicadores de enfermedad cardíaca de forma más agresiva".

David Friedman, jefe de los servicios de insuficiencia cardíaca en el Hospital Judío de Valley Stream de Long Island, en Valley Stream, Nueva York, señaló que el estudio también podría contener lecciones sobre la comunicación entre médico y paciente.

"En lugar de sermonear o disertar a cada paciente individual que quizá no comprenda debido a su bajo nivel educativo, se pueden lograr más 'momentos aleccionadores' cardiovasculares al hablar con nuestros pacientes en su mismo nivel educativo individual", planteó Friedman.

"Al hacerlo, podríamos entonces promover unas opciones de estilo de vida mejores y más saludables a los pacientes", añadió.
El estudio aparece en la edición del 12 de junio de la revista JAMA Internal Medicine.