Ingerir más agua ¿previene infecciones urinarias?

Domingo 15 de octubre de 2017 | 22:15hs.
Añadir más agua a la rutina diaria redujo las probabilidades de las infecciones

Beber bastante agua cada día podría tener un beneficio inesperado: evitar las infecciones del tracto urinario (ITU), informa un nuevo estudio.

Las mujeres jóvenes que sufrían de ITU que bebieron 6 tazas adicionales de agua cada día tenían casi la mitad de probabilidades (un 48 por ciento) que un grupo de control de tener otra infección, mostró el estudio.


El grupo del agua también redujo su uso de antibióticos en más o menos la mitad, en un 47 por ciento.

Además, el tiempo que pasó antes de la próxima ITU de una mujer y entre las infecciones recurrentes fue mayor en el grupo del agua que en el grupo de control.

Las mujeres son más propensas que los hombres a las ITU, en parte debido a su anatomía. Una uretra más corta hace que sea más fácil que las bacterias del recto entren en la vagina y se desplacen a la vejiga.

El autor del estudio, Thomas Hooton, dijo que se cree que aumentar la ingesta de líquidos reduce el riesgo de ITU de dos formas:

evitar que las bacterias se adhieran a la vejiga

reducir la concentración general de bacterias que podrían provocar una infección.

"Se sabía, o al menos se pensaba, que eliminar con agua las bacterias de la vejiga ofrece protección. Este estudio sugiere que así es", dijo Hooton, director clínico de la división de enfermedades infecciosas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Miami.

Hunter Wessells, que no participó en el estudio, dijo que la ingesta adicional de líquidos fue "sustancial", lo que condujo a un aumento correspondiente en la producción de orina.

"Por supuesto, la producción de orina es el factor clave que lleva al efecto observado en el estudio", dijo Wessells, presidente del departamento de urología de la Universidad de Washington, en Seattle.

Susan Bleasdale, directora médica de control de la infección en la Universidad de Illinois, en Chicago, afirmó que el estudio "cambia el panorama" en los programas de "administración" de antibióticos que buscan reducir el uso inadecuado de esos medicamentos.

Citó una revisión de 2010 que estimó que entre 11 y 12 millones de mujeres al año sufren de una ITU, lo que conforma 1.6 mil millones de recetas de antibióticos al año.

"Quizá ni tengamos que usar antibióticos", planteó.

En el estudio, realizado en Bulgaria, participaron 140 mujeres premenopáusicas sanas que tuvieron al menos tres ITU en el año anterior. Todas reportaron una ingesta baja de líquidos. Bebían unas cuatro tazas de líquidos al día, lo que incluía dos tazas de agua al día.

Se pidió a la mitad de las mujeres del estudio que consumieran 1.5 litros de agua, unas 6 tazas, cada día además de su ingesta usual de líquidos diaria. En concreto, se les pidió que comenzaran a beber una botella de agua de 1/2 litro en cada comida, y a terminar cada botella antes de la siguiente comida.

Las demás mujeres fueron el grupo de control. Siguieron con su ingesta usual de líquidos.

Se siguió a las mujeres durante un año, y realizaron visitas clínicas al inicio del estudio y 6 y 12 meses después. Los investigadores midieron su ingesta de agua y líquidos; el volumen, la frecuencia y la concentración de orina; y los síntomas.

También llamaron a las mujeres cada mes para evaluar el cumplimiento, y aconsejarles que volvieran a la clínica para una evaluación y un posible tratamiento si experimentaban síntomas de ITU.

En general, el grupo del agua aumentó la ingesta diaria de agua en casi 5 tazas al día. Su ingesta total de líquidos, lo que incluyó el agua y otras bebidas, fue de casi 12 tazas en promedio.

En contraste, la ingesta total diaria de líquidos del grupo de control fue de menos de la mitad.

Hooton anotó que no está claro exactamente cuánto debe aumentar la ingesta de líquidos para ofrecer un beneficio.

"Un litro y medio no es una cantidad mágica", señaló.

También cree que aumentar cualquier líquido (no solo el agua) podría ser beneficioso, dado que los líquidos son sobre todo agua. Y aunque en el estudio participaron mujeres jóvenes, planteó que las mujeres mayores que experimentan ITU recurrentes quizás se beneficien también de aumentar su ingesta diaria de líquidos.

Peo no está claro si el consejo beneficiaría a las mujeres con una producción normal de orina, anotó Wessells.

"Además, las molestias asociadas con una mayor producción de orina, y la factibilidad de implementar esta estrategia de ingesta de agua en una variedad de ocupaciones y edades, también ameritan más estudios", comentó.

Los investigadores presentaron los hallazgos el sábado en la IDWeek 2017, la reunión anual de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Diseases Society of America), la Sociedad de Epidemiología de la Atención de la Salud de Estados Unidos (Society for Healthcare Epidemiology of America), la Asociación de Medicina del VIH (HIV Medicine Association) y la Sociedad de Enfermedades Infecciosas Pediátricas (Pediatric Infectious Diseases Society).

Las investigaciones presentadas en reuniones por lo general se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.