El dirigente y la pasión, una combinación difícil de hallar

Domingo 26 de marzo de 2017 | 08:45hs.
Martínez recordó su paso como atleta y dirigente. De fondo, una de sus obras de su etapa como escultor. | Foto: Nicolás Oliynek.

Combinar la pasión con el trabajo es algo muy complicado. Combinar dos pasiones y trabajo es mucho más complicado. Pero no imposible. José Martínez encontró la manera para lograr, de a poco, un equilibrio entre sus pasiones: el atletismo y sus esculturas, que también son su trabajo.

 

“Si te dedicás a ciertos deportes, como el atletismo, terminás poniendo de tu bolsillo”, contó el ex atleta y dirigente, que hoy se dedica a trabajar en su taller con sus esculturas.

 

Herramientas sobre la mesa, algunos pinceles y el mate listo. Ese es el panorama que elige día a día José. Prefiere la tranquilidad de su hogar a las charlas con los dirigentes, aunque admite que extraña “ese olor particular” que tiene la pista en la mañana antes de entrenar.

 

“Para poder dedicarle tiempo a una pasión, como el atletismo, tenés que tener buena compañía”, analizó el hombre que se dedicó durante muchos años a participar de infinidad de torneos y luego de entrenar a diferentes representantes de la tierra colorada.

 

Las horas fuera de casa y los fines de semana dedicados a organizar los torneos son parte linda de la pasión, pero “de algo hay que vivir”, reconoció entre risas Martínez.

 

Ahí está lo complejo de la situación. “Yo le dediqué mucho al atletismo, como deportista y como dirigente, pero es complicado después mantener a la familia”.

 

El trabajo muchas veces le gana a esa pasión. Martínez tuvo la suerte de encontrar en las esculturas la manera de continuar cerca del atletismo. Se dedicó a hacer los trofeos para las competencias y así combinó durante mucho tiempo a sus dos amores.

 

“Yo hoy estoy tranquilo con mi taller. Estuve mucho tiempo metido en el deporte y no es fácil. Acá el dirigente tiene que hacer todo”, admitió quien asegura no tener la fórmula para juntar a la pasión con el trabajo, porque de lo contrario “hace tiempo lo estaría haciendo”, bromeó.

 

“Algunas cosas que te pasan en la vida te hacen recapacitar. Una vez me vi un domingo con un cronómetro en la mano en una competencia y me dije: ‘¿Qué hago acá? Tengo que disfrutar la vida’”, se sinceró Martínez.

 

A pesar de los sinsabores que le dejó su amor por el atletismo, el profesor del club Araucaria se animó a tirar su clave para seguir adelante: “Hay que seguir soñando. Eso te permite continuar y pensar siempre para adelante y eso hay que enseñarle a los chicos”.