La cúpula de la Basílica de San Pedro, un paseo apto para pocos

Sábado 25 de junio de 2016 | 18:00hs.

Por Marina Barreyro


La Capilla Sixtina, cuya bóveda fue pintada por Miguel Ángel y la Basílica de San Pedro, configuran uno de los paseos obligados para los turistas que se acercan a conocer la Santa Sede.

 

Asimismo, los museos del Vaticano que exhiben en sus paredes verdaderos tesoros artísticos y joyas de la historia mundial, desde una momia egipcia hasta cuadros que formaron parte de la colección privada de Napoleón Bonaparte, seducen a católicos y agnósticos por igual.

 

Sin embargo, el estado papal encierra una serie de obras arquitectónicas que son menos renombradas, pero dignas de ser admiradas. Tal es el caso de la cúpula de San Pedro cuyo ascenso, que cuesta siete euros, no es apto para cualquier turista.

 

El recorrido, conocido por pocos y aconsejado para valientes y personas en forma, obliga a subir 551 escalones a pie, a través de una escalera tan angosta en la que sólo puede circular una persona a la vez. La experiencia no es aconsejable para personas que sufran claustrofobia, ya que todo el recorrido se hace en un solo sentido, con el cuerpo pegado a una pared y sin ventanas. Además en algunas partes del trayecto es necesario caminar con la espalda curva debido a la estrechez del espacio. Asimismo no hay posibilidad de arrepentirse y abandonar la subida, porque no hay ninguna salida habilitada en el lugar.

 

Para los menos deportistas, existe la opción de hacer parte del recorrido en ascensor por la módica suma de cinco euros. Aunque luego se torna obligatorio continuar al ascenso de los 320 escalones restantes a pie.

 

El premio a tanto esfuerzo y determinación es la posibilidad de apreciar la magnitud del Estado Vaticano desde las alturas, con una vista inigualable.

 

Para tener en cuenta: Así como la subida, la bajada también es a pie. Por lo que una vez arriba es recomendable permanecer un largo rato recuperando el aliento y las fuerzas para volver a transitar los más de 500 escalones.

Tips para ahorrar tiempo y dinero en la visita a la Santa Sede
Conocer la Basílica de San Pedro conforma un verdadero atractivo turístico que atrae a viajeros de todas las latitudes. Se trata del tempo católico más importante ubicado en occidente, y su ingreso demanda entre dos y tres horas de fila, debido a la gran demanda.


En ese marco, es conveniente sacar los tickets con antelación, ya que se pueden comprar en cualquier agencia de turismo o través de internet.

 

Otra de las cuestiones a tener en cuenta está relacionada con la indumentaria. Siendo o no cristiano, el visitante está obligado a vestir de manera decorosa ya que se trata de un lugar santo para la comunidad católica. Es por eso que la norma obliga a cubrir hombros y piernas en el caso de hombres y mujeres. Los trabajadores de la santa sede prohíben el acceso a quienes vistan pantalones, shorts o polleras por encima de la rodilla, así como musculosas o remeras escotadas.

 

Una de las formas de evitar quedarse fuera del templo es llevar en la cartera o bolso, un pañuelo o chalina con la que cubrir hombros o piernas en caso de necesidad.

Asimismo se prohíbe el ingreso con comida o bebida al templo y a los museos. La toma de fotografías o videos está permitida en la mayoría de los paseos, y además se puede asistir a misa en la Basílica.

 

Fuera del templo, en la Plaza San Pedro está permitido el consumo de alimentos y en caso de haber llevado su propio equipo, el turista se puede relajar disfrutando de un buen mateo tereré en el corazón del Vaticano.

En los alrededores de la Santa Sede, la comida es exquisita aunque más cara. Los restaurantes y trattorías más alejados ofrecen los mismos platos a precios más accesibles, por lo que es recomendable caminar unos metros.