Mbyas vienen cada vez de más lejos a vender sus artesanías

Domingo 21 de enero de 2018 | 22:00hs.
Ana es opyguá y viajó a Posadas con las artesanías de su aldea.
Desde mediados de semana, la ciudad capital recibió a una decena de familias indígenas llegadas de comunidades del Norte provincial, de Tekoá Arandú de Pozo Azul y Alecrín de San Pedro.







“Necesitamos vender las artesanías, sabemos que Posadas queda lejos y el pasaje es caro, que estamos a casi 300 kilómetros de nuestra casa, pero tenemos que venir a vender, no hay plata y los chicos y todos nomás necesitamos mercadería, ropa, zapatos”, dijo Ana de Oliveira, que viajó desde el municipio ubicado sobre ruta 17 junto a su hija y una nuera.
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Las mujeres trajeron un volumen importante de artesanías confeccionadas por miembros de toda la comunidad. “Somos 70 familias, todavía se mantiene la tradición de las artesanías con arcilla y madera nativa y tinta natural, hay buenos artesanos, tenemos collares y canastos que hacemos las mujeres, y las tallas de animales y arcos que hacen los hombres”, relató. Pero Ana lamentó que “aunque a la gente le gusta nuestro trabajo, no compra mucho, nosotros no tenemos plata y acá la gente también nos dice que no hay plata... Paciencia”.






La anciana, que ganó ese título por su sabiduría, su extensa familia y su don de curar, es una opyguá o chamana y su hija Fermina heredó esa fuerza por línea materna y es también guía espiritual.







“Las cosas no andan bien, en nuestro pueblo falta la comida, tenemos ayuda pero no es suficiente, hay que tener tranquilidad”, recomendó Ana, que sabe que debe reunir al menos 700 pesos, tres pasajes, para volver a su casa.







Fermina, al atardecer enciende la pipa a la que los mbyas llaman petyngua, con tabaco negro. Es un elemento sagrado reservado para los opyguas. “Es la hora de pensar en el hogar de uno, el hogar no es sólo la casa, es la comunidad, es una forma de bendecir, de pedir el bien por el humo”, señaló.







En la etnia mbya, tanto varones como mujeres pueden ser sacerdotes u opyguás -para ellos es lo mismo-. “El don viene dado al nacer, nuestro Dios le manda a la tierra con esa misión de sanar y de dar el nombre a los recién nacidos, ellos pueden ver el alma de las personas y conocer el nombre; para la creencia guaraní el nombre de una persona es lo que esa persona es”, explicó el cacique Santiago Escobar consultado sobre la práctica de fumar en pipa, que es propia solo de líderes espirituales. “El tabaco no se fuma en la pipa porque sí nomas, es un ritual para pedir por la comunidad, la tierra, los cultivos”.






Escobar, referente del Consejo de Caciques, reconoció que la gente viene de comunidades cada vez más lejanas a procurar dinero a la ciudad. “Apoyamos, porque sabemos que la asignación casi no alcanza, que está todo caro; estas comunidades se organizaron para venir algunos a vender para la aldea”.