LA REVOLUCIÓN EN LAS DIETAS

Domingo 5 de julio de 2015 | 00:00hs.
En los últimos años, la alimentación se convirtió en un punto crucial para llevar un estilo de vida saludable. Pareciera haber toda una revolución de dietas y menús que persiguen no sólo un fin estético, sino también un equilibrio y una ideología. Los hábitos alimenticios varían tanto como la personalidad. Cada quien elige su propio plato, y algunos son más fundamentalistas que otros.
Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento, decía Hipócrates. Con esta filosofía, cada vez son más las personas que optan por abandonar las carnes y eligen los vegetales, legumbres y semillas. Veganos y vegetarianos apuntan a la alimentación consciente, por una cuestión de salud y en defensa de los animales.
Una de las tendencias más recientes es la dieta paleo. En la disputa hay detractores y también seguidores, muchos famosos y especialistas que escriben papers y libros en su favor. Los paleo proponen comer lo que comía el hombre en el paleolítico: carnes, frutas, verduras; nada artificial, nada procesado. El argumento es que genéticamente el hombre está preparado para comer lo que encuentra en la naturaleza, y que todo lo demás lo enferma. Sostienen que la obesidad, el colesterol, la hipertensión y el cáncer llegaron con la modernidad.
En Misiones, estos distintos estilos o hábitos alimentarios lo practican sobre todo los jóvenes y adultos. El Territorio también consultó a especialistas, que analizan la mejor manera de alimentarse.

Vegetarianismo
Cecilia Rodríguez es profesora de yoga y vegetariana. Desde siempre rechazó la carne roja en su alimentación “por todos los productos que le ponen para que no se pudra, desde colorantes hasta cosas tóxicas que se quedan en tu cuerpo y producen problemas de salud”.
Con el tiempo, Cecilia también dejó de comer pollo, y en ese proceso fue investigando. “Empezás a descubrir que podes comer cebada, porotos, lentejas, garbanzos, mijo... un montón de cosas que de chico no nos inculcaron”, señala.
Diego Acuña, director de teatro, actor y abogado, también es vegetariano. Según su opinión, la solución para tener una mejor alimentación es que “a los chicos le empiecen a agregar más vegetales y otras opciones. Al ser vegetariano tenes más flexibilidad y te volvés más liviano”.
En su transición al vegetarianismo, consultó a una nutricionista: “Me dijo que ya había consumido toda la carne que necesitaba. Estuvo de acuerdo y me armó la dieta en base a lo que yo necesitaba, y con mucha legumbre”.
Hasta los 17 años Macarena Rodríguez consumía carne. “En ese momento fue como una rebeldía, fue mi etapa antisistema. Fue revelarme más que nada contra la cosificación de los animales y el consumo. Hoy sigo reforzando la ideología de defender ciertos derechos de vida en el mundo”, dice la joven, realizadora audiovisual.
En su dieta, las hojas verdes son las más recomendables. También consume huevo y leche, pero cuando puede trata de evitarlo. “Es un miedo que se le metió a la gente que si no implementan carne se les terminan los menúes, pero es infinito lo que se puede inventar. Se piensa que uno pierde algo por el hecho de no comer carne y creo que es todo lo contrario: ganas más”.

Crudiveganismo
“No me gusta poner etiquetas. Me gusta comer vegetales y lo que más consumo es crudo. Podría decirse que estoy entre vegano y crudivegano”, aclara Pedro Quiroga, integrante de Siete Arriba, un emprendimiento que nació siendo un servicio de viandas veganas y hoy brinda talleres sobre alimentación natural y saludable. Su cambio de estilo alimenticio “fue por entender cuáles son los alimentos que nos hacen bien, para qué clases de alimentos está preparado nuestro cuerpo y cuáles son los alimentos que lo rejuvenecen”, dice.
“En la alimentación hay muchos mitos, y lo del hierro y las proteínas de la carne es injustificable. Vemos como los chimpacés, que son nuestro gemelos genéticamente hablando en la naturaleza, no comen carne y no tienen ningún tipo de carencias, porque respetan su dieta basada en frutas y verduras crudas. Todo lo que la carne nos puede aportar lo podemos conseguir tranquilamente del reino vegetal, y sin las contraindicaciones que nos deja la carne, por ejemplo, residuos de ácido úrico en el organismo y amoniacos que son toxinas con las que el cuerpo tiene que lidiar y con el tiempo, se acumulan y nos terminan enfermando”, destaca Pedro.
En ese sentido, recomienda los vegetales crudos, que son los que regeneran el organismo. Las proteínas de la carne se suplantan con los germinados, en el garbanzo, en lentejas. “Combinando un cereal y una legumbre obtenemos los ocho aminoácidos para que el cuerpo pueda producir proteínas”, señala.

Veganismo
El veganismo es una filosofía de vida que está basada en la ética y la moral, “tiene que ver con la compasión y el respeto hacia todos los seres vivos por igual”, agrega Lorena Sánchez Pérez (35), locutora y creadora del grupo de Facebook Veganos Misiones.
Los veganos defienden a los seres "sintientes" y no comen nada derivado: ni quesos ni leches ni huevos. Este estilo alimentario también se basa en el respeto a los animales: no se visten con lanas, cueros, plumas ni sedas. Tampoco  consumen miel y repudian la explotación y el maltrato animal.
Lorena era una gran defensora de la tradición argentina de comer carne y de los festejos alrededor de los asados, pero cambió. “Contaba siempre con problemas de sobrepeso, sabía que no me estaba alimentando bien y tenía problemas de acidez y vesícula que hoy ya no tengo”.
A través de internet fue descubriendo otras opciones y luego en una dietética de Posadas realizó un curso de cocina vegana. “Quedé fascinada porque me sentía satisfecha y más liviana. Entonces empecé a incorporar otras cosas. Esas ideas me cambiaron la cabeza y empecé a replantear mi alimentación", recuerda.  Comenzó a reemplazar la carne por las legumbres (porotos, lentejas, arvejas, cebada) y través de la web fue derribando mitos. “El cuerpo humano tiene un organismo más similar a los herbívoros, por lo cual no es saludable el ingreso de la proteínas animales, que quedan estancados en nuestro cuerpo en forma de grasa y celulitis, y con el paso del tiempo, acidez, diabetes, presión, problemas cardíacos y algunos tipos de cáncer”.
“Es un cambio grande que muchos no están dispuestos a hacer por una cuestión de comodidad. Pero en términos económicos es más barato y en elaboración es similar o menor, lo único es que no tenes productos industrializados. A mí lo que más me costó dejar fue el pan, que está hecho de cebo animal”, cuenta Lorena.
Por eso, recomienda el veganismo por salud: "Te mejora por dentro y se te ve mejor por fuera; estás de mejor animo, la piel se te limpia, la sangre y el sistema digestivo se limpian, se llenan de fibras y te das cuenta de los beneficios en poco tiempo. Se pueden curar muchas enfermedades. La acidez, la diabetes y el colesterol dejan de existir... Hay muchas más proteínas positivas en el mundo vegetal que en el animal, y no son perjudiciales”.
Además, hay un beneficio ambiental. "Más de la mitad de los recursos naturales (tierras, cultivos etcétera) van destinados a la ganadería y no hacia las personas. Los desperdicios de la industria ganadera, según la ONU, forman parte del 19 por ciento de la contaminación ambiental. Entonces, si te preocupa el planeta y el resto de la humanidad, también vas a apuntar al veganismo. Es un beneficio para vos, para el medio ambiente, para los animales y para las personas”.