El drama de Lucas, el chico que sobrevive con “piel de pescado”

Domingo 23 de febrero de 2014

Lucas Texeira tiene 3 años y desde que nació lucha con lo que científicamente se denomina ictiosis, una extraña enfermedad cutánea de origen genético que provoca que la piel se vuelva seca y escamosa. Por eso muchos lo llaman el chico con la piel de pescado.
A pocos meses de su nacimiento, El Territorio contó el drama de la familia que vive a pocos metros del río Uruguay, en la frontera entre Aurora y Brasil, en octubre del año 2011. Por entonces su papá, Arnoldo Texeira, contó que cuando nació, “los médicos dijeron que tenía problemas en la piel”.
Lucas nació en Alba Posse y lo derivaron a Oberá, donde quedó internado hasta los tres meses de edad.

“El drama de Lucas es que no tiene poros, no transpira. Normalmente el cuerpo de él es más caliente que el nuestro. Se le va aflojando todo. Los brasileros dicen que es igual a las escamas de los pescados. Cuando lo bañás queda lisa, pero al rato vuelve a secarse. Es una criatura normal, pero va pasando el tiempo y tiene que tener un cuidado especial”.
De aquel octubre de 2011 a febrero de 2014, la situación de Lucas y su familia es exactamente la misma. A pesar de que después de dado a conocer el extraño caso las autoridades se presentaron en su humilde casa al borde del barranco en la ribera del Uruguay, a la fecha, la ayuda y asistencia para  el caso muy especial, brillan por su ausencia.
“Los únicos que me ayudaron fueron los de Cáritas de Oberá, que me regalaron un aire acondicionado para que pueda estar más fresco, casi a temperatura normal, pero claro, eso me hace pagar 400 pesos de luz... Es mucho eso señor para mí...”, confesó Arnoldo.
Y el jefe de familia relata que la pensión nacional que logró conseguir para su hijo más chico (1.500  pesos) alcanza sólo para "la crema que le tenemos que poner tres o cuatro veces por día, todos los días durante todos los años”.
Es que por la extraña formación de su piel, la crema Dermaglós hace aliviar su alta temperatura y su  porosidad. Humecta la piel cerrada y seca y evita por horas que se seque y se quiebre. Esa crema tiene un valor de unos 90 pesos.
La mamá, Rosana Lascar, cuenta que tienen que mojarlo también unas tres o cuatro veces al día, dependiendo naturalmente de la temperatura de cada día. Rosana, con gripe, se sentía muy mal y su marido contó a la vez que está embarazada.
Arnoldo tiene en su chacra el galpón donde pone a secar sus grandes atados de tabaco y cuenta con otras plantaciones que dotan prácticamente de la comida diaria a toda su familia. Inclusive, de ser necesario, el río Uruguay les brinda buenos peces.
El jefe de familia admite que no puede dejar de sembrar y cosechar tabaco porque “tengo que mandar a la escuela a este mi otro hijo”. Tiene en total cuatro hijos. Y ahora espera un quinto.
Arnoldo además se lamenta en no poder construir una mejor casa. “Yo sé que esta casa no es la mejor, yo quiero construir una de material, pero el terreno en el que estoy está en medio de una sucesión y legalmente no me están pudiendo dar el título que acredite que es mi terreno, por eso no puedo hacerme una mejor casa”.
La familia Texeira vive a unos tres kilómetros del camino principal de Alicia Baja. La madre y el padre repiten que lo que sufre  su hijo menor, Lucas, no tiene cura. Que así, probablemente, vivirá para siempre.


“Tiene el cerebro quemado”
ALICIA BAJA, Colonia Aurora (Enviados especiales). A pocos kilómetros de distancia y casi en línea recta de la familia Texeira, siempre a metros del barranco de la costa del río Uruguay, está la casa de la familia Márquez. Como en las otras chacras de la zona, se vislumbran galpones con tabaco secándose y niños alrededor de su mamá.
Teresinha Schwaikardt es la mamá de Lucas, de 4 años de edad. Y como en otros casos no muy lejos de ese punto de la colonia, nació con malformaciones no muy comunes.
La mamá es brasileña y hace 14 años vive con su pareja. Desde entonces trabaja la tierra como cualquier otro misionero. “Él nació con parálisis en la pierna y el brazo izquierdo y además, tiene en ese mismo lado, el cerebro quemado”.
En un perfecto portuñol, Teresinha describe que de acuerdo a lo que le dijeron los médicos, su hijo Lucas nació con esas malformaciones debido a problemas durante su embarazo, es decir, a patologías perinatales. “Me dijeron que fue porque yo estaba con gripe permanente durante mi embarazo".
De todas formas, a pesar de sus imposibilidades, Lucas se las ingenia para jugar con sus hermanos y  caminar sin ayuda de nadie.
En la chacra de los Márquez, además, hay plantaciones de mandioca y soja. Pero según la propia mamá de Lucas, por ahora el tabaco sigue siendo lo más rentable para que ellos puedan mantener el mismo estilo de vida que llevan desde siempre y hasta entonces.
De la casa de los Márquez, como de los Texeira, en el extremo del municipio de Colonia Aurora, en el departamento de 25 de Mayo, casi sobre la costa del río Uruguay, hasta la ruta 2 costera, hay 9 kilómetros.
En esos nueve kilómetros de este a oeste y otros tanto de norte a sur, hay al menos tres casos similares reconocidos por todos. Y todos plantan tabaco.