Denunció que por los golpes de su marido perdió un embarazo

Jueves 28 de mayo de 2015 | 11:05hs.
La mujer presenta lesiones en brazos, cuello y rostro | Foto: Daniel Villamea

“Perdí un embarazo por los golpes y otra vez me rompió el tabique nasal de una trompada. Ya son 19 años de maltrato físico y psicológico, pero ahora digo basta porque tengo miedo por mi vida”, alertó una mujer que denunció a su marido por violencia de género en la localidad de Campo Grande.

 

A pesar del cúmulo de denuncias y pruebas, hasta el momento la víctima no logró que la Justicia ordene la exclusión del hogar del violento, un conocido profesional de esta localidad. En consecuencia, el sujeto sigue viviendo bajo el mismo techo con su esposa y sus tres hijos.

 

En diálogo con El Territorio, A. F. (35) aseguró que la violencia no cesa y aportó fotografías recientes que corroboran lesiones en sus brazos, cuello y cara. En tanto, solicitó resguardar su identidad para preservar a sus hijos.

 

“Lamentablemente, mis hijos se criaron viendo cómo el padre me pegaba y ya sufrieron demasiado. Por ahí reconozco que aguanté muchas cosas por ellos, porque yo me crié sin mi papá y no quería que mis hijos pasen lo mismo. Pero ya me cansé de tanto maltrato”, reflexionó.

 

En tanto, precisó que hoy tiene una audiencia en el Juzgado de Familia, trámite que se habría visto dilatado en el tiempo por contactos que tendría su marido en el ámbito policial, aseguró.

 

Al respecto, manifestó que sospecha que “muchas veces la Policía cajoneó las causas porque es conocido en el pueblo y tiene muchos contactos. Para colmo vivimos bajo el mismo techo, porque él nunca quiso irse y estoy presa en mi propia casa”.

 

La mujer relató que está con el sujeto desde los 16 años, cuando quedó embarazada de su primera hija. Aseguró que el maltrato comenzó apenas se enteró del embarazo, al punto que la abandonó en Buenos Aires y ella tuvo que mudarse a Misiones para estar con él.

 

“Yo aposté a tener una familia con él, pero siempre hubo maltrato psicológico y violencia física. Por épocas estábamos mejor y en otras mal. Él nunca me dejó trabajar para tenerme dependiente de su plata y manejarme económicamente. Entonces lo primero que me dice es que soy una muerta de hambre, y después vienen los golpes”, detalló la mujer.

 

Incluso, recordó que “en una ocasión le mandó a pegarme a su hermana porque hacía pocos días le había denunciado”, al tiempo que reconoció que el reciente cambio en la jefatura de la comisaría local apuró el expediente judicial que habría estado demorado.

 

“Se habla mucho de la violencia de género y de los derechos de las mujeres, que existen leyes y organismos para protegernos, pero la dura realidad es que cuando te toca tenés que andar rogando ayuda y te sentís abandonada”, reflexionó.