Controvertida ronda de testigos que negaron conocer a Bourscheid

Jueves 30 de octubre de 2014 | 07:27hs.
Sugestivo. | Alceu Bourscheid (izquierda), hermano del acusado, junto a dos de sus familiares y a las tres testigos que negaron haber conocido al repartidor de pan.

Testigos que aseguraron desconocer a Francisco Bourscheid, pero que tras su declaración se abrazaron e intercambiaron felicitaciones con varios de los hermanos del acusado de "homicidio calificado por alevosía y ensañamiento" en la vereda del Tribunal Penal Uno. Otros a los que su memoria les borró segmentos de lo declarado y firmado en la etapa instructoria, y que referían al repartidor de pan. Y un testigo más que con un particular incidente, intentó sembrar sospechas sobre un vecino de la víctima fatal, que nunca fue investigado, ni nombrado siquiera en la causa.


La sexta jornada del juicio por el asesinato a garrotazos de Angélica Ramírez no sólo desplegó tela para cortar, sino que tales recortes resultaron llamativos y sembraron los corrillos del clásico "testigo trabajado".


La lista de testimoniales estaba prevista de doce mujeres, entre adultas, jóvenes y adolescentes, parientes, amigas y conocidas de Angélica.


Entre las participaciones que generaban mayor expectativa, la de Carolina Barboza tanto dentro como fuera del recinto de debate de calle La Rioja.


Angélica visitaba todos los días la casa de esta joven que vivía sola en el barrio San Francisco con su pequeño hijo, mientras su pareja trabajaba en Buenos Aires.


Barboza fue quien apuntó, conocida la muerte de la menor de 14 años, a un joven con una motocicleta como un sospechoso que "tres o cuatro noches antes del crimen" acercó a Angélica hasta el frente de su casa. "Barrenechea", aportó Barboza como identificación, y dijo que era prefecturiano porque "lo vi con Angélica frente a mi casa a unos cincuenta metros de distancia". Dijo que el uniformado sabía los horarios de hockey de Angélica.


Ante los jueces Martín Errecaborde (presidente del Tribunal Penal Uno), Ángel Dejesús Cardozo y Eduardo D'Orsaneo, la amiga de Angélica también aseguró no haber conocido a Bourscheid ni mantenido algún tipo de relación. Sin embargo en al menos dos tramos de su declaración, se refirió al detenido llamándolo por el nombre de pila, Francisco, con relativo trato familiar o de mucha proximidad.


Barboza también manifestó que Beatriz Del Valle, madre de Angélica, "la consentía en sus noviazgos, de los cuales sostuvo tener conocimiento de dos relaciones", que no fueron precisamente con Bourscheid, según hizo hincapié.


También fue errático y sembró dudas la testimonial de Florencia Micaela Acuña, de 16 años, compañera de escuela de Angélica, quien describió a la víctima como una chica que "hablaba muchas pavadas y a veces mentía".

"Me contaba que andaba con un policía, un gendarme y uno de prefectura", relató ayer, pero dijo no recordar lo que declaró ante su padrastro como tutor en sede policial. "Angélica andaba clavando por plata con un panadero (sic)", agregó.


Ana Muriel Mareco, otra joven del barrio San Francisco, también en su testimonio se mostró precisa en relatar que vio una camioneta estacionada en el acceso al barrio San Francisco a las 7.45 de la tarde-noche del 26 de septiembre de 2012, que coincidió en su declaración en instrucción de la causa en detallarlo como de color "rojo o bordó", pero ayer al mostrársele imágenes del rodado de Bourscheid dijo que "no era así", pero tampoco pudo precisar sus características.


Mareco sostuvo que el único conocimiento que tenía de Francisco Bourscheid era "de vista, cuando iba a la escuela, veía que tenía la pinturería (sobre avenida 9 de Julio)". Ayer a las 12.30, cuando el debate pasó a un cuarto intermedio hasta hoy, la joven también se reunió en la vereda frente al Tribunal con los hermanos del acusado, uno de ellos sonriente y felicitándola por su testimonio.


La madre de Ana, Norma Susana Areco, ex pareja de un hermano de la madre de Angélica y también vecina del barrio San Francisco, rescató la imagen de su sobrina: "Era una buena persona, no la vi tomar nunca, como tampoco fumar, era inquieta, le gustaba salir, pero era una chica inocente".


Norma Areco contó cuando debió ayudar a Angélica porque aseguraba que estaba embarazada. "Llamamos al chico (Sergio) Cardozo que decía era el novio y se presentó con la pastilla del día después. Angélica la tomó, pero no estaba embarazada, lo supimos al poco tiempo, ella lo supuso".

"Un hombre mayor"
En tanto, Rocío Elizabeth Cáceres (16), amiga de la víctima, recordó: "Angélica me contó que un hombre mayor de edad le pagaba el gimnasio y le iba a comprar los elementos para jugar al hockey (...). Todos me preguntaban por qué me juntaba con ella, porque la consideraban 'rapidita'".


Consultada sobre si conocía a Bourscheid, no tuvo reparos ni emitió sospechas: "El señor era el único que atendía en la pinturería, lo sé porque hasta fui a comprar una latita de pintura y lo vi".


En cuanto a los testimonios que aún demuestran congoja por el asesinato de Angélica, Mailén y su madre Gabriela Marlene Dedderer resaltaron ayer.


Mailén (18) reconoció que conocía a Angélica como vecina y por haber sido "mi cuñada; yo salía con su hermano Alexis (18)".


La joven reiteró que vio a la víctima fatal en el playón de deportes del barrio, donde "Angélica fue a pedirle prestado al profesor Ávalos un stick (palo) de hockey para ir a jugar a otro lado (al club San Alberto Magno), pero no se lo dio, entonces ella siguió caminando sola hacia el centro".

También remarcó que participó de las marchas exigiendo justicia para Angélica: "Fui porque el caso me conmovió". Tan fuerte caló la muerte en las adolescentes que "después de esto no jugamos más al hockey".


Su madre, en el mismo sentido, agregó que "las chicas quedaron traumatizadas, con miedo a salir (...). Fue un horror, aberrante lo que hicieron con esa chica; como madre lo siento hasta hoy".


Una jarra de tereré rota
Mario Cáceres, defensor de Francisco Bourscheid, solicitó ayer al Tribunal Penal Uno que se incorpore a la lista de testigos en el debate a Mario Senen, vecino de Angélica Ramírez. El empleado de un frigorífico, sería a quien, panfletos tirados en Puerto Rico, sindican como el autor del crimen, y no el repartidor de pan de 53 años.


La solicitud quedó a consideración de los jueces.


En la investigación y en el expediente no figura el nombre del hombre, que vive en la misma cuadra de la familia de Angélica y quien, de acuerdo a Norma Susana Mareco, tía política de la víctima fatal, "es una persona de mal carácter, con reacciones violentas". Mareco fue una de las testigos que declaró ayer y relató a modo de ejemplo del supuesto encono con Senen, que este hombre una vez rompió una jarra de tereré de vidrio de la que la hija y sus amigos se servían en la vereda.


El incidente se habría generado porque la pareja de Senen se confundió al pasar con su bebé y creyó oír que uno de los jóvenes dijo "que feo" por su hijo, cuando en realidad reprochaba el sabor del jugo.


Fuera de este detalle, curiosamente aportado recién ayer, sobre Senen no hubo pistas durante la investigación, y su nombre comenzó a sonar esta semana tras la distribución de un panfleto que sostiene: “El asesino de Angélica Ramírez es Senen, empleado de frigorífico que vive en el barrio San Francisco”.