Hoy la Biblioteca Constancio Vigil será señalada como sitio de memoria

Viernes 4 de septiembre de 2015 | 15:50hs.
Biblioteca Constancio Vigil considerada espacio de memoria

Desde su creación, en Rosario, la bibiloteca fue parte de un proyecto sociocultural, hasta que en 1977 fue intervenida por las fuerzas represivas. Ocho integrantes de la comisión directiva y más de 20 socios, empleados, docentes y alumnos fueron secuestrados y torturados. Muchos de ellos permanecen desaparecidos.

 

La Biblioteca Popular Constancio C. Vigil funcionó en su sede de Alem 3078, en la ciudad de Rosario, desde fines de 1950 hasta 1977, momento en que fue intervenida por fuerzas militares, dentro del marco del denominado Operativo Claridad, con el que el terrorismo de Estado quemó más de veinte toneladas de libros.

 

Hoy los vecinos festejarán la señalización del lugar como sitio de memoria. Este acto se enmarca en la recuperación llevada adelante por la comisión directiva de la biblioteca, por socios del proyecto social y cultural, así como por la Dirección Nacional de Sitios de Memoria, las secretarías de Derechos Humanos de la Nación y de la provincia de Santa Fe.

 

La biblioteca fue uno de los proyectos de educación popular más importantes del país. Contaba con escuelas primarias y secundarias, una universidad popular, cursos de oficios gratuitos, cientos de talleres de artes, un observatorio astronómico, un museo de ciencias naturales, una editorial -que imprimió 92 títulos-, un club, talleres de herrería y carpintería y hasta una empresa constructora con la que hicieron obras viales a cargo de Raúl Frutos, director de la biblioteca.

 

La biblioteca tuvo origen en 1933 y adquirió autonomía a fines de 1950. En pocos años, se convirtió en una organización popular autogestionada gracias a la implementación de rifas en cuotas que fueron un éxito: los premios incluían Torinos y viajes por el mundo . En 1968 contaba con 3.500 empleados como vendedores y habían adquirido propiedades en Santa Fe, Mendoza, Córdoba, Buenos Aires, y hasta 21 hectáreas frente al Paraná, en Villa Gobernador Gálvez, con playa, canchas de fútbol, parrilleros, camping. Todo eso se perdió con la intervención militar.

 

El 25 de febrero de 1977, bajo el mando del capitán de Corbeta Esteban César Molina, con la excusa de normalizar la situación económica, la biblioteca fue intervenida. Ocho integrantes de la Comisión Directiva fueron secuestrados y torturados en el centro clandestino de detención conocido como El Pozo, dependiente del Servicio de Informaciones de la Jefatura de Policía de Rosario.

 

Días después, las doce escuelas extracurriculares y los cursos de capacitación fueron cerrados, se clausuró el servicio bibliotecario y se cancelaron todos los talleres de producción, la Caja de Ayuda Mutual, la guardería y el centro materno infantil. Más de una veintena de socios, empleados, docentes, cooperadores y alumnos fueron secuestrados entonces, algunos fueron asesinados y otros permanecen desaparecidos.

 

En 2004, luego de años sin lograr que sea restituido el edificio donde funcionaba la biblioteca, empezó a funcionar una Asamblea de Socios por la Recuperación de la Biblioteca Popular Constancio C. Vigil. Así lograron la restitución de la personería jurídica en 2012 y, un año después, la restitución de la sede. A su vez, avanzaron en la investigación de lo que había pasado durante la intervención, para determinar las responsabilidades de los que participaron del saqueo.

 

En febrero de 2014 se reabrió la biblioteca y a partir de entonces, la comisión directiva lleva adelante la tarea de recuperar los socios y la participación vecinal en este proyecto modelo que se intentó destruir, pero sobrevivió. Lo demuestra el trabajo que realizan junto con 1500 socios activos y el relanzamiento de la rifa.

 

Una de las acciones más importantes de este proyecto es relanzamiento de la editorial de la biblioteca.

 

En la Vigil actualmente también tienen sede la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), y la Cobai (Coreógrafos, Bailarines e Investigadores). Y sostienen que es un proyecto abierto, con una única condición: que la gente se asocie.