Un teléfono que sirve para todo, menos para hablar

Domingo 11 de julio de 2010

El esperado iPhone4 finalmente salió a la venta y, como todos los productos de Apple, colmó las expectativas: su diseño es impecable, el sistema táctil no presenta errores, la pantalla y la cámara tienen una definición excelente y el sistema operativo corre con una agilidad increíble.  El éxito de semejante “chiche” fue inmediato en el mercado estadounidense, donde apareció el 24 de junio para luego extenderse a otras latitudes. Sin embargo, tres días más tarde, cuando ya se habían vendido 1.700.000 unidades, apareció el problema: tiene graves fallas de recepción de señal.    Tanto expertos como usuarios detectaron de inmediato que la reiterada incapacidad para comunicarse -falta de señal, llamadas o bajadas de datos que se cortan, ruidos, interferencias o voces entrecortadas, etc.- se debía al lugar donde había sido colocada la antena, ubicada en este modelo en el borde lateral izquierdo del teléfono.
Concretamente, si el usuario toma el equipo con la mano derecha no tiene problemas de conectividad, pero si en la misma ubicación lo toma con la izquierda aparecen como por arte de magia los inconvenientes mencionados.  Hasta aquí no era más que un defecto de hardware, pero un mail de Steve Jobs, el legendario fundador y actual director ejecutivo de Apple, desató la ira y la burla hasta de los más fanáticos defensores de los productos de la manzanita.

 

Ira de los “zurdos”
   Tras indicar que todo depende de cómo de agarre un teléfono para que la antena funcione mejor o peor, Jobs recomiendó a los que compraron su nuevo equipo -por el que pagaron 199 o 299 dólares, dependiendo de la memoria- que eviten “tomarlo por la esquina inferior izquierda”.

    Apple se dio cuenta del error cometido por su máximo jefe y trató de arreglarlo con un comunicado en el que se desdice. “El error no es un problema de la antena, si no un fallo en la forma en la que el celular representa la cobertura”, afirma el texto refiriéndose a las clásicas barras que indican la potencia de la señal.
Igualmente, para los que no quedaran conformes y quisieran devolver el equipo, Apple prometió darles el cien por ciento de lo pagado sin hacerles descuentos.
Nadie puede predecir cómo culminará este proceso y la suerte que correrá el tan esperado iPhone4. Pero si de algo sirve no estar en el centro del desarrollo tecnológico, es que el lanzamiento de este teléfono en la Argentina estaba previsto recién para septiembre, cuando el problema, ya sea de hardware o de software, seguramente ya habrá sido solucionado.