Greenpeace y el escándalo del falso yaguareté en Salta

Domingo 15 de julio de 2007
Foto: gentileza: Centro de Estudios Ambientales Científicos CEAC
El Proyecto Yaguareté, patrocinado y financiado por la Fundación Greenpeace dentro de una campaña en defensa de la selva de montaña, quedó envuelto en una inesperada controversia tras una denuncia de origen laboral realizada por un baquiano de Orán, Salta, pero que podría derivar en la detección de un fraude académico y el engaño a 720 personas que aportaron dinero para la defensa del yaguareté.
El relato fue publicado por el diario El Tribuno de Salta en 2004 y reiterado en el sitio de la Fundación Argentina de Ecología Científica (Faec).
Nadie sabe hoy cuántos yaguaretés (“tigres” americanos) sobreviven en suelo salteño, pero peor aún, nadie sabe por qué no se quiso admitir que no pudieron encontrarlos en sus rastreos.
El biólogo Pablo Perovic es un investigador especializado en felinos americanos que dedicó varios años al estudio del “tigre”. El yaguareté fue el emblema de la campaña iniciada por Greenpeace para oponerse a la construcción del Gasoducto Norandino, en 1999.
El gasoducto se construyó, pero muchos simpatizantes de la organización se sumaron a la campaña, vistiendo con máscaras de yaguaretés en distintos puntos de la Capital Federal.
En otras épocas
En el 2000, Greenpeace reunió cien mil dólares aportados por sus contribuyentes a través de tarjetas de crédito, donaciones telefónicas o de otro tipo.
Con ese dinero adquirieron una camioneta, un teléfono satelital, cuatro jaulas-trampa y cuatro collares con sistema de detección satelital para colocarlos a otros tantos felinos, tarea que quedó a cargo de Perovic. Se contrató además a la empresa francesa Argos para que hiciera el seguimiento satelital de los collares que se colocarían en los felinos.
El 8 de diciembre de 2001, Greenpeace anunció oficialmente que, luego de casi dos años de fracasos, Perovic había atrapado a una hembra de yaguareté de 90 kilos en las cercanías de Orán. Invitaron luego a bautizar al felino a las 720 personas que habían colaborado con el proyecto.
Lo hicieron a través de internet y la llamaron IXS. A partir de allí el biólogo Perovic - aseguraron- pasó a monitorear periódicamente su desplazamiento. Meses más tarde la petrolera Pan American Energy comenzaría a financiar la investigación.
En 2002 Discovery Channel, a través de un equipo canadiense que se trasladó a la selva de Orán, difundió un documental en el que aparecían el responsable de Greenpeace en la zona, Emilio Ezcurra, y el biólogo Perovic, explicando distintos aspectos del llamado “Proyecto Yaguareté”. Inclusive mostraban un yaguareté que, en realidad, fue filmado en la provincia de Misiones, aunque en el documental nadie lo aclaró.

Un simple reclamo laboral
Pero todo empezó a desbarrancarse cuando el baqueano de apellido Corro denunció que Perovic y el representante de Greenpeace, Emiliano Ezcurra, le habían ofrecido pagarle mil pesos mensuales para que paseara el collar satelital a caballo, ya que nunca habían podido capturar a un tigre.
Corro, en realidad, según dice, hace la denuncia porque nunca le pagaron los ocho mil pesos acumulados en esas cabalgatas.
El tigrero informó también que antes, durante unos siete meses, el collar había estado colocado en el cuello de un ternero criollo de propiedad de un vecino, de nombre Germán Arias.
De ese modo, gracias al ternero primero y al caballo después, el satélite habría recibido durante un año y medio las señales atribuidas a un yaguareté y emitidas en realidad por otros dos animales.
Así las cosas el biólogo Pablo Perovic y los representantes de Greenpeace, Juan Carlos Villalonga, responsable nacional de campañas, y Emiliano Ezcurra, representante de la organización en el NOA, ofrecieron una conferencia de prensa para dar su versión de los hechos.
Pero pasado el tiempo todo quedó como el increíble caso de un yaguareté que comía pasto.
El sitio Faec fue consultado por este episodio y su responsable Eduardo Ferreyra señaló: “Cada vez que Greenpeace ha tenido que enfrentarse con científicos imparciales ha quedado demostrada la falta total de seriedad científica de sus aseveraciones, alertas y campañas alarmistas. Son tantos los casos que bien se podrían recopilar y llenar varios tomos con ellos”.
Asimismo, Ferreyra citó al catedrático y ex decano de Ciencia Naturales Lucio Yazlle, quien había dicho (en referencia al supuesto hallazgo del yaguareté)  que “Las Ciencias Naturales requieren comprobaciones objetivas. Si no está esa comprobación, es difícil sostener un proceso de investigación en marcha. Los registros de fecha, lugar y datos recogidos son esenciales a un proyecto de investigación”.
Esos registros son presentados a los organismos -oficiales o privados- que los financian. “A mí me llamó la atención de que Perovic haya elegido para la conferencia de prensa un ámbito de la UNSA. No es un hecho menor que sea el Museo de Ciencias Naturales el lugar elegido”, opinó Yazlle al referirse a las explicaciones de Emiliano Ezcurra y el director Nacional de Campañas, Juan Carlos Villalonga.


Greenpeace refirió casi lo mismo
El caso referido por la prensa de Salta fue corroborado por el sitio de Greenpeace. Allí se reportó, en esencia, lo mismo.
“Al principio de 2000 pusimos en marcha el proyecto de Seguimiento Satelital de los Yaguaretés. Visitamos las provincias yungueñas de Salta, Jujuy y Tucumán. (…) Pese a las fuertes lluvias y crecidas el equipo de campo liderado por el biólogo Pablo Perovic pudo colocar  las jaulas-trampa para su aclimitación y trabajar con los pobladores Kollas de finca San Andrés en el problema de predación de sus ganados del ‘overo’, como lo llaman al yaguareté. Pero éste faltó a la cita. Hacia fines de año por tal motivo debimos recurrir a la corrida o cacería con perros como método alternativo para acortar los tiempos de captura”, explicó Emiliano Ezcurra, director de Campañas de Greenpeace.
Esto último implicaba admitir que el animal no podía ser hallado.